Como un mantra tibetano, la deconstrucción de Davidelfin se repite y repite en las rectilíneas siluetas, construyendo una decostrucción de los patrones, como si de un juego de tetris se tratara. El alma andrógina y minimalista de la firma se debate entre el elitismo de la conceptualidad y la comercialidad del éxito.
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Tiene un estilo inconfundible
ResponderEliminarabsolutamente!! es su mayor valor
ResponderEliminara mí la colección me encnató Luego descubrí que no eran prendas superpuestas sino que todo era la misma prenda y ya no sé si me convenció mucho, pero había verdaderas maravillas. ;-)
ResponderEliminarUn abrazo,
Jose
desde luego , jose, hay prendas que hubieran ganado si se hubieran acabado de otro modo, pero la verdad es que se comprende, por el concepto general de la colección
ResponderEliminarun abrazo!